Vivimos en un tiempo donde la satisfacción del cliente es lo más importante. Hace algunos años, el vender por vender era lo único en la mente de las empresas pero, gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación y, sobre todo, a las redes sociales, esto ha quedado atrás. La métrica de sentimiento ocupa hoy un lugar importante en las estrategias digitales y esto es porque permite conocer realmente al cliente.
La métrica de sentimiento nos muestra lo que el consumidor tiene en mente, lo que piensa de un producto o una marca basado en sus experiencias y necesidades pero, también, en sus emociones.
Las redes sociales y los productos interactivos le abrieron un nuevo mundo al marketing y a la publicidad, desarrollando un interés por contar con una métrica de sentimiento que nos permita saber qué es lo que busca y necesita nuestro consumidor.
La métrica de sentimiento permite conocer mejor las emociones de los consumidores; sus aspiraciones e ideales se vuelven algo sumamente necesario para poder crear contenidos con mayor alcance. En pocas palabras, nos permite saber que quiere nuestro target para llegar con mayor precisión a él.
El Big Data se convirtió en un aspecto fundamental para el desarrollo de contenidos y estrategias y es ahí donde la métrica de sentimiento surgió, pues, tras cuestionarnos qué siente y qué quiere nuestro consumidor, nos permitió dar mejores respuestas a las búsquedas que realizamos.
La métrica de sentimiento nos permite determinar qué impulsa a nuestro consumidor a tomar ciertas elecciones y cómo darle una experiencia positiva gracias al conocimiento que tengo de ellas para, en un futuro, mantener su sentimiento positivo hacia nosotros.
La métrica de sentimiento no sólo se limita a la publicidad, pues en el marketing político resulta muy útil para conocer a la ciudadanía y como percibe ésta a un candidato o partido.
Tanto en el ámbito empresarial como en el político, debemos tener en cuenta que, al acercarnos al consumidor, se puede ver más allá y potencializar nuestras capacidades gracias a la interacción y el conocimiento de las emociones del usuario. Así, al consumidor le ofrecemos una mejor experiencia, más personal y, por otro lado, elevamos nuestras oportunidades de posicionarnos en el gusto de éste.
La métrica de sentimiento permite igualmente, que los consumidores formen comunidades que, además, les ofrecen un sentimiento de respaldo por parte de la marca. Esto es de suma importancia para nosotros, pues la confianza es la clave para que nuestros consumidores sean más propensos a seguirnos, adquirir nuestros productos o servicios y demás.
La métrica de sentimiento permite que tu empresa o institución logre acoplarse a la nueva era del marketing. Así, podemos mejorar nuestra estrategia, desarrollar contenidos que, además de buscar vender algo, generen empatía con el consumidor y nos ayuden a posicionarnos entre los clientes gracias a una buena inversión para entenderlos.
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