Parecen más que obvios los requisitos que debes cumplir para ser un buen Redactor, para hacer bien tu trabajo: tener buena redacción, ortografía, gramática, elocuencia, etc. Sin embargo en un ámbito profesional, si todos los redactores cumplen con este perfil, ¿cómo destacas como Redactor?
Hay algunas prácticas que pueden ayudarte a sobresalir en el medio, principalmente para dejar de “redactar correctamente” y comenzar a “ser buen Redactor”. Estas prácticas varían en cada persona que las utiliza. El día de hoy compartiré contigo algunas de estas que me han ayudado a crecer profesional y personalmente.
Ya sabes de qué hablarás, ahora piensa cómo lo hablarás. Es importante saber de qué hablarás, pero también es importante saber el mood en el que abordarás el tema: la personalidad que le darás a tu texto para que pueda resaltar y ser más dinámico. Personalmente prefiero comenzar a redactar un texto tomando el papel del personaje que emitirá el mensaje, ¿me explico? Si estoy redactando un copy para una página de piratas, intento meterme en el personaje, “me vuelvo un pirata” e imagino cómo hablaría uno, qué diría y por qué. Cada mensaje tiene un receptor; intenta visualizar lo que ese receptor quiere escuchar (o leer).
Evita barreras de comunicación. Insisto, cada mensaje tiene un receptor, por esta misma razón el mensaje debe estar perfectamente elaborado. Ejemplo: si estás hablando para una audiencia menor de 18 años, tal vez si comienzas a hablar de la historia de Los Beatles, existirá una barrera generacional que impedirá que el mensaje sea captado y comprendido correctamente. Así como esta, existen mil barreras más que pueden impedir el mensaje; dirige adecuadamente tu comunicación hacia el receptor.
¿Te gusta lo que estás escribiendo? Este punto es importantísimo. Por mucho que estés redactando un texto para una marca o alguna entidad en específico con un objetivo concreto, lo que escribes debe gustarte, es más, debe encantarte. Supongamos lo siguiente: tu texto no te encantó, sin embargo crees que cumple su cometido, ¿por qué crees que a la gente realmente le encantará? Un punto que trato de practicar cada que hago un texto, es leerlo en voz alta terminar de redactarlo. Así me doy cuenta cuando algo no suena igual de genial al decirlo, como al pensarlo.
Lee para saber y no solo por leer. Cada cosa que leas; cada artículo, cada libro, cada nota, léela porque te interesa saber de ese tema y porque la curiosidad te llevó a adentrarte en el tema. No leas algo porque los demás dicen que debes hacerlo. Si te apasiona leer la revista de belleza mensual, está bien (digo, cada quien sus gustos) pero léela con interés y procura que ese interés sea cada día más general y más extenso, para que así leas de distintos temas con curiosidad de aprender.
Tienes un estilo de redacción aunque no lo creas. Úsalo. Así como cada voz tiene su color y tonalidad distinta, así como cada rostro es particular, tus textos tienen personalidad propia que naturalmente sale como una creación tuya, con una semejanza a tu persona. Esa personalidad al redactar, es tu sello que identifica esa creación como tuya, por muy sutil que sea la identidad, es tu identidad.
Y por último, para destacar en esta profesión debes tener algo muy importante, imprescindible para ser un crack: debe gustarte lo que haces. Si no realizas tu trabajo con pasión y con amor por lo que haces, no saldrá de la mejor forma –ya sea en esta o en otra profesión-. Como dicen por ahí: “Hazlo con pasión o cambia de profesión”.
Fuente: Roastbrief.com.mx